24/03/2024, miércoles
El despertador sigue sonando a las siete, aunque los tres llevamos rato despiertos. Sin prisas, pero sin pausas, vamos entrando en el baño, a hacer lo que se hace en el baño.
A las siete y media estamos listos para bajar, dejar las mochilas en recepción y pasar al bar a desayunar.
El bar, a esta hora de la mañana, lleno de peregrinos, equipados con indumentarias llamativas, hablando diferentes idiomas, italiano, portugués, inglés, francés y español, se asemeja a la cantina de la Guerra de las Galaxias. Solo faltan C3PO y R2-D2.
Me persigue la Sociedad General de Autores Interés-paciales
Nos encontramos con un tiempo fresco y nublado que desaparece por arte de magia después del café con leche y el cruasán con mantequilla.
La etapa más bonita de este Camino, en mi opinión, por los lugares por los que pasamos y por lo suave de sus cuestas. Por supuesto sin contar con la de mañana, que está por ver.
El camino de la vida es increíblemente sinuoso y ningún camino es igual. Sin embargo, debes aprender durante el viaje y no en el destino.
Don Williams Jr.
Pasamos por un parque temático, con dinosaurio incluido.
Prefiero soportar el peso de una mochila que el peso de la rutina
Contempla cada camino de cerca, entonces hazte esta pregunta crucial: ¿me lleva el corazón por esta ruta? Si lo hace, entonces el camino es bueno. Si no es así, es inútil.
Carlos Castañeda
Solo hay dos puntos de avituallamiento (tal vez tres). En el kilómetro siete y en kilometro once. Elegimos el de los once para hacer nuestra primera y única parada.
Parece que en todo el Inglés se han puesto de acuerdo en los bocadillos, el mismo pan, el mismo tamaño, lo mismo dentro y hasta el mismo precio. Así que pedimos lo mismo de siempre. No por repetitivo deja de estar bueno.
No hacen falta motivos para el Camino. Él mismo es el motivo
El camino arriba y abajo es uno y el mismo.
Heráclto de Efeso
Tendrá razón Heráclito, pero llevo mejor las cuestas abajo
Llegamos a Sigüeiro a las dos y cuarto. Al albergue Mirás. Restaurante abajo, habitaciones arriba. Estamos en una con dos literas de dos camas solo para nosotros.
Se ha vuelto a sacrificar Cayetano, tomando la de arriba. Es un buen amigo que no solo hace eso por nosotros. A mí, cada día, me ayuda a ponerme los calcetines. Es una ayuda inestimable que tengo que reconocer públicamente.
En el albergue hay maquinas de lavado y secado de ropa y aprovechamos para hacer la colada de todo lo sucio.
Esperamos que las maquinas acaben su labor, tomando unas estrellas de aquí. Vamos a dejar la Vía Láctea sin Estrellas.
No comemos, ninguno dice tener hambre.
Miguel y yo salimos a dar una vuelta por Sigüeiro. Ha sido una vuelta muy corta.
Las dos personas a las que hemos preguntado han dicho lo mismo: que Sigüeiro era muy pequeño y apenas tiene nada de bonito.
No sabemos si será verdad. Aún así, vamos a ver, por fuera, la iglesia, que está cerrada.
Alli conocemos a Ricardo y su señora. Tienen tienda de artesanía en Santiago, Richard Souvenirs y nos recomiendan un sitio para comer en Santiago, el Damajuana, al lado de la catedral.
Nuestra idea era cenar un plato de cuchara, caldo gallego o algo así. Pero en ninguno de los dos bares que tenemos referencias, tienen de eso para las cenas.
En el mismo restaurante del albergue, pedimos tres medias raciones de cosas variadas. No me explico como serán las raciones enteras. Algo exageradicos para comer ya son en esta tierra.
Y a las veintidós, hora peninsular, nos metemos en la cama.
Mientras Miguel Ángel y Cayetano, rezan sus oraciones, yo, escribo esto.
Para mañana ponemos el despertador un cuarto de hora antes de lo habitual. El baño es compartido y hay muchos peregrinos.
En Santiago, además del apóstol, nos esperará nuestro amigo Jesús, el carpintero. Pero no el de Nazaret, sino el de Cambados.
Y María, pero no la madre de Jesús, sino María Dacuña, una peregrina conocida nuestra.
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino.
Gabriela Mistral
Una respuesta a «O Mesón do Vento – Sigüeiro»
Muy chulos tus comentarios, y como siempre da gusto leerte.
Ya veo que hambre no pasáis.
Eso está bien, pues el camino se anda mejor con la tripica llena..
Buen camino mañana jueves.
Besos