23/04/2024, martes. Día de Aragón
Despertador a las 7, pero con menos prisas que otros días. Ya que en Aragón es fiesta, nos vamos a tomar alguna licencia.
Hemos desayunado en el albergue. Tiene maquinitas de café a un euro y ya, en la calle, pero en la misma puerta, hay otra expendedora de cosas varias. Elegimos tres Kinders Buenos.
Ayer ya vimos por donde salía el camino y no hemos tardado en conectar con él.
La página de Gronze.com marca la etapa como dura. Vamos preparados para todo.
Sobre todo para el frío, que llevamos días oyendo que van a bajar las temperaturas.
A nosotros, tanto la etapa como el tiempo, nos han parecido más suaves que ayer. Las cuestas, que las ha habido, han sido menos pendientes, aunque quizás más largas.
Los paisajes sorprendentes. Bosques de altos eucaliptos e intensamente verdes.
Estás muy ocupado ahora, quieres lograr todo, pero no mires solo hacia adelante, ¡fíjate que el camino también es hermoso!
Ellen De Visser
A medida que se envejece y miras hacia atrás en su vida, te darás cuenta de que deberías haberse detenido a pensar varias veces
en lugar de apresurarte.
Cuando el camino es largo, un buen amigo nunca es demasiado.
Proverbio chino
Y en cada concello un poquito grande, una iglesia con cementerio adosado.
Otra cosa a destacar es que las zonas de servicio a peregrinos son más escasas que en otras etapas y más separadas. Por eso, las hemos aprovechado bien, en las dos únicas ocasiones que se han presentado.
La primera en Meangos. Un barcito con terraza en la carretera. Pedimos medio bocadillo de jamón, cada uno, porque son impresionantes. Y el tercio de Estrella, que no falte.
Y la segunda a tres kilómetros de nuestro destino. Ésta ya, que sirviera como comida de medio día. En el Bar Avelina. No hay menús, solo bocadillos. Nos hemos atrevido con el bocadillo entero. Pan gallego con tomate y mucho jamón. Dos tercios de Estrella. Cafés y helados.
Carmen, hermana de Avelina (la del bar Avelina) ha estado continuamente viniendo a la mesa a traer cosas. Un plato de salami, unas galletas y como ha visto que las mojaba en la cerveza, ha traído unos bizcochos y un chupito de Sansón, una bebida dulce para untar bizcochos.
Reconfortados con semejante almuerzo, hacemos los kilómetros que nos faltan hasta nuestro destino, en menos de 30 minutos.
Nos hospedamos en la Pensión Residencial O Mesón Novo, pensión dos estrellas a pie de la carretera. Con bar restaurante.
La habitación está muy bien, amplia, con tres camas y baño. Le saco foto, antes de deshacer las camas.
Todo está bien salvo que, después de la ducha, Miguel Ángel y yo, estamos helados. Mucho frío en la habitación. Llamamos a recepción y nos dicen dónde están los radiadores y como ponerlos en funcionamiento.
Y es que la temperatura baja por momentos.
Gracias, Señor,
por la noche,
por el día,
por el sol,
por las nubes,
por las flechas amarillas.
A las ocho, para completar el día decidimos bajar al restaurante a ver si es posible cenar algo caliente. Nos ofrecen fabada. Pues fabada.
Con vino y tocino no hay frío ni mal camino
Sin más lujos subimos a la habitación. Y cada uno en su cama dedicamos el tiempo a nuestras cosas. Yo a escribir esto.
Mañana iremos a Sigueiro, a unos 25 km. Es ya la penúltima etapa de este Camino Inglés.