Martes, 29 de abril de 2025
A las seis y cuarto de la mañana se recuperaba en fluido eléctrico en Redondela. Según me he enterado, mucho más tarde que en otros lugares del país.

Por fin hemos podido cargar los móviles, ya agonizantes, y ponernos en contacto con la familia. Y hacernos unos cafés con leche con el microondas del apartamento, que hasta hacía poco lo teníamos de simple decoración.

Al poco rato de salir del núcleo urbano de Redondela, empieza uno de los caminos más bonitos que recuerdo, y recuerdo muchos. Bosques de eucaliptos, suelos de piedra, tierra y barro, vistas sobre la ría de Vigo.

Cruce del Ponte Sanpaio, donde se libró una batalla contra el ejercito de Napoleón en el 1809. Por cierto, les ganamos.


La entrada a Pontevedra acompañando al río Tomeza, por el camino alternativo, también genial.

Semejantes paisajes, tienen un precio. Cuestas interminables con elevada inclinación, ora hacia arriba, ora hacia abajo, en las que más de una vez he tenido que parar para recuperar el aliento.

En el recorrido hemos hecho dos paradas, una en Arcade y otra en unos de los muchos puestos que los lugareños montan en la linde del camino para hacer su negocio.

Hoy había de todo: niños vendiendo botellines de agua; baratijas típicas del camino; un guitarrista que con su guitarra eléctrica simulaba sonidos de gaita; un gaitero que no tenía que simular nada; bebidas; frutas; vieiras; todo muy peregrino y mucho peregrino.

Pontevedra
Un poco antes de entrar en Pontevedra, he buscado, en Google, cómo no, «menú peregrino en Pontevedra» y nos ha recomendado el restaurante Rincón Peregrino. Lugar cien por cien recomendable. Hemos comido muy, muy bien.
Estamos hospedados en el hotel Alda Centro. Han tardado lo indecible en preparar nuestra habitación, y cuando han dado la llave a otra pareja que había venido mucho más tarde, he saltado. Hacía mucho que no discutía y me he quedado muy descansado. Cinco minutos más y ya estábamos en la habitación.
Por la tarde hemos salido a ver la ciudad. Foto por aquí, foto por allá.

Hemos estado en la iglesia, en forma de vieira de la Virgen Peregrina, donde nos hemos enterado que es la patrona del Camino de Santiago Portugués.


Con unas piezas de fruta, hemos improvisado nuestra cena. Y a la cama como buenos chicos.
Mañana iremos a Armenteira, y nos hospedaremos en su Albergue.




































































